sábado, 25 de agosto de 2012

¿También ustedes quieren dejarme?




60 Cuando oyeron todo esto, muchos de los que habían
     seguido a Jesús dijeron: “¡Este lenguaje es muy duro!
     ¿Quién puede sufrirlo?”
61 Jesús captó en su mente que sus propios discípulos
     criticaban su discurso, y les dijo: “Les desconcierta lo que
     les he dicho.
62 ¿Qué va a ser entonces, cuando vean al Hijo del Hombre
     subir al lugar donde estaba antes?
63 El Espíritu es quien da vida, la carne no sirve de nada.
     Las palabras que les he dicho son espíritu y, por eso, dan
     vida.
64 Pero hay algunos de ustedes que no creen.
     En efecto, sabía Jesús desde el principio quiénes eran los
     que no creían y quién era el que lo iba a entregar.
65 Agregó: “¿No les he dicho que nadie puede venir a mí si
     mi Padre no le ha concedido esta gracia?
66 A partir de este momento, muchos de sus discípulos
     dieron un paso atrás y dejaron de seguirlo.
67 Jesús preguntó a los Doce: “¿Acaso ustedes también
     quieren dejarme?
68 Pedro contestó: “Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes
     palabras de vida eterna.
69 Nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de
     Dios.”

Evangelio: (Juan 6, vs 60-69)


Oración:

Señor Jesús…¿a quién iremos?,
Tú tienes palabras de vida…
Hoy volvemos a repetir esta pregunta,
sabiendo que solamente Tú
puedes darnos la plenitud de vida,
el sentido de todo lo que somos y hacemos.
Señor, llegamos a ti,
con toda confianza,
pidiéndote la gracia de entender tu Palabra,
de comprender lo que Tú quieres de nosotros,
de conocer la voluntad de tu Padre,
para que siguiéndote,
encontremos la vida que Tú nos das.
Por eso, Señor, te pedimos tu gracia y tu ayuda,
para que como Pedro te digamos:
…sólo Tú tienes Palabras de vida eterna…
y así vivamos con más alegría y convicción
nuestro seguimiento y adhesión a ti.
Que así sea.
Amén.

Fuente: Lectio Divina Vicentina

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