sábado, 11 de agosto de 2012

El cuerpo de Cristo.




41  Los judíos criticaban porque Jesús había dicho: “Yo soy
      el pan que ha bajado del cielo.”
42  Y decían: “Este Jesús, ¿no es acaso el hijo de José?
      nosotros conocemos  a su padre y a su madre. ¿Cómo
      dice que bajó del cielo?”
43  Jesús les contestó: “No murmuren entre ustedes.
44  Nadie puede venir a mí si no lo atrae mi Padre que me
      envió. Y yo lo resucitaré en el último día.
45  Está escrito en los profetas: Y todos se dejarán
      enseñar por Dios. Así, todo hombre que escucha
      al Padre y recibe su enseñanza, viene a mí.
46  Es que nadie ha visto al Padre fuera del que ha venido
      de Dios: éste ha visto al Padre.
47  En verdad les digo: El que cree tiene vida eterna.
48  Yo soy el pan de vida.
49  Vuestros antepasados, que comieron el maná en el
      desierto, murieron.
50  Aquí tienen el pan que bajó del cielo para que lo coman
      y ya no mueran.
51  Yo soy el pan vivo bajado del cielo, el que coma de
      este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi
      carne, y la daré para la vida del mundo.

Evangelio: (Juan 6, vs 41-51)

Oración:

Señor Jesús, Tú el pan vivo bajado del cielo,
el que te das para darnos tu vida,
el que nos das vida eterna con tu vida,
danos la gracia de ser sensibles
a tu presencia viva en la Eucaristía,
para que descubramos que ahí estás Tú todo,
Tú en cuerpo y alma,
y que recibiéndote a ti
tenemos tu propia vida,
con lo que Tú nos vivificas y nos llenas de ti.
Ayúdanos Señor, a verte presente
en la Eucaristía y así ser
vivificados en ti,
con tu presencia viva y
transformadora.
Que así sea.
Amén.

Fuente: Lectio Divina Vicentina






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