sábado, 26 de mayo de 2012

Pentecostés.




19  La tarde de ese mismo día, el primero de la semana, los discípulos estaban a puertas cerradas por miedo a los judíos. Jesús se hizo presente allí, de pie en medio de ellos.
20  Les dijo: “La paz sea con ustedes.” Después de saludarlos así, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se llenaron de gozo al ver al Señor.
21  Él les volvió a decir: “La paz esté con ustedes. Así como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes.
22  Dicho esto, sopló sobre ellos: “Reciban el Espíritu Santo,
23  ‘a quienes ustedes perdonen, queden perdonados, y a quienes no libren de sus pecados, queden atados.

Evangelio: (Juan 20, vs 19-23)

Oración:
      El paso de la oración se puede ver iluminado por una antigua oración cristiana al Espíritu Santo llamada “Secuencia de Pentecostés”. La transcribimos para que pueda “alimentar” nuestra oración y devoción al Espíritu Santo:

Secuencia de Pentecostés

Ven, Espíritu divino,
manda  tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente  del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y  reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina  luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado
cuando  no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía  al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones
según la Fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.
Amén.

Fuente: Lectio Divina  Lectionautas.com

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