Oración:
Dios mío, Trinidad que adoro,
ayúdame a olvidarme enteramente de mí
mismo
para establecerme en ti,
inmóvil y apacible como si mi alma
estuviera ya en la eternidad;
que nada pueda turbar mi paz,
ni hacerme salir de ti, mi inmutable,
sino que cada minuto
me lleve más lejos en la profundidad de
tu Misterio.
Pacifica mi alma.
Haz de ella tu cielo, tu morada amada
y el lugar de tu reposo.
Que yo no te deje jamás solo en ella,
sino que yo esté allí enteramente,
totalmente despierta en mi Fe,
en adoración,
entregada sin reservas a tu acción
creadora.
Beata Isabel de la Trinidad
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