domingo, 17 de junio de 2012

La semilla que crece por sí sola.




26 Jesús dijo además: “Escuchen esta comparación del Reino de
     Dios. Un hombre echa la semilla en la tierra;
27 esté dormido o despierto, de noche o de día, la semilla brota
     de cualquier manera y crece sin que él se dé cuenta.
28 La tierra da fruto por sí misma; primero hierba, luego espiga y
     por último la espiga bien granada de trigo.
29 Y cuando el fruto esté maduro, mandan a recogerlo porque ha
     llegado el día de la cosecha.
30 Y les dijo también: “¿A qué se parece el Reino de Dios? ¿Qué
     comparación podríamos dar de él?
31 Es semejante a una semilla de mostaza. Cuando se la siembra
     es la más pequeña de todas las semillas de la tierra.
32 Pero una vez sembrada crece y se hace más grande que todas
     las plantas del huerto. Entonces echa ramas tan grandes que
     los pájaros del cielo pueden refugiarse bajo su sombra.
33 Jesús usaba muchos ejemplos de este tipo para entregar su
     enseñanza, adaptándose a la capacidad de la gente.
34 Todo se lo decía por medio de ejemplos, pero a sus  discípulos
     Se lo explicaba todo en privado.

Evangelio: (Marcos 4, vs 26-34)

Oración:

Tuyo, Señor, es el Reino
y el poder y la gloria…
Tu misericordia ha querido asociarnos a tu obra
como humildes colaboradores tan solo,
de lo que es tu misterio y la maravilla de tus manos.
Oh Padre que guías la historia de tu reino:
concédenos la esperanza en tus cuidados;
la humildad en la entrega a tu Reino;
la constante vigilancia del amor por tu obra…
De manera que nuestra ansia sea paciente,
nuestro compromiso constante,
nuestro cuidado lleno de fe,
y podamos difundir el deseo de conocerte
y adorarte a Ti,
que haces de la pequeña semilla un árbol grande,
y de tu Iglesia peregrina del tiempo
el inicio del Reino eterno.
Amén.

Fuente: Lectio Divina

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