1 Varias personas han tratado de narrar las
cosas que pasaron
entre
nosotros,
2 ‘a partir de los datos que nos entregaron
aquellos que vieron
y fueron testigos desde el principio y
que, luego, se han hecho
servidores de la Palabra.
3 Siendo así, también yo he decidido
investigar hasta el origen
de esta historia, y componer para ti,
excelente Teófilo, un
relato ordenado de todo.
4 Con esto, todas aquellas cosas que te han
enseñado cobrarán
plena claridad.
14
Jesús volvió a Galilea con el poder del Espíritu, y su fama
corrió por toda la región.
15
Enseñaba en las sinagogas de los judíos y todos lo alababan.
16
Llegó a Nazaret, donde se había criado, y, según
acostumbraba, fue el Sábado a la sinagoga.
Cuando se
levantó para hacer la lectura,
17
‘le pasaron el libro del profeta Isaías; desenrolló el libro y halló
el pasaje el pasaje en que se lee:
18 El Espíritu del
Señor está sobre mí: el Señor me consagró
por su Espíritu.
Me envió a traer la Buena Nueva a los pobres, a anunciar a
los cautivos su libertad y a los ciegos que pronto van a ver.
19 A despedir libres a los oprimidos’ y a proclamar el año
de
la gracia del Señor.
20
Jesús, entonces, enrolla el libro, lo devuelve al ayudante y se
sienta. Y todos los presentes tenían los
ojos fijos en él.
21
Empezó a decirles: “Hoy se cumplen estas profecías que
acaban de escuchar.”
Evangelio:
(Lucas 1, vs 1-4; 4, vs 14-21)
Oración:
Señor Jesús, que me conozca a mi
y que te conozca a Ti.
Que no desee otra cosa sino a Ti.
Que me odie a mí y te ame a Ti.
Y que todo lo haga siempre por Ti.
Que me humille y que te exalte a Ti.
Que no piense nada más que en Ti.
Que me mortifique, para vivir en Ti.
Y que acepte todo como venido de Ti.
Que renuncie a lo mío y te siga sólo a Ti.
Que siempre escoja seguirte a Ti.
Que huya de mí y me refugie en Ti.
Y que merezca ser protegido por Ti.
Que me tema a mí
y tema ofenderte a Ti.
Que sea contado entre los elegidos por Ti.
Que desconfíe de mí
y ponga toda mi confianza en Ti.
Y que obedezca a otros por amor a Ti.
Que a nada dé importancia sino tan sólo a Ti.
Que quiera ser pobre por amor a Ti.
Mírame, para que sólo te ame a Ti.
Llámame, para que sólo te busque a Ti.
Y concédeme la gracia
de
gozar para siempre de Ti.
Amén.
Autor:
San Agustín
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