sábado, 6 de octubre de 2012

Lo que Dios unió no lo separe el hombre.




  2  Se acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba,
      preguntaban: “¿Puede el marido repudiar a la mujer?”
  3  El les respondió: ¿Qué os prescribió Moisés?”
  4  Ellos le dijeron: “Moisés permitió escribir el acta de divorcio y
      repudiarla.”
  5  Jesús les dijo: “Teniendo en cuenta la dureza de vuestro
      corazón escribió para vosotros este precepto.
  6  Pero desde el comienzo de la creación, Él los hizo varón y
      hembra.
  7  Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre,
  y los dos se harán una sola carne. De manera que ya no son
      dos, sino una sola carne.
  Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre.
10  Y ya en casa, los discípulos le volvían a preguntar sobre esto.
11  Él les dijo: “Quien repudie a su mujer y se case con otra,
      comete adulterio contra aquélla;
12  y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete
      adulterio.
13  Le presentaban unos niños para que los tocara; pero los
      discípulos les reñían.
14  Mas Jesús, al ver esto, se enfadó y les dijo: “Dejad que los
      niños vengan a mí, no se lo impidáis, porque de los que son
      como éstos es el Reino de Dios.
15  Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño,
      no entrará en él.
16  Y abrazaba a los niños, y los bendecía poniendo las manos
      sobre ellos.

Evangelio: (Marcos 10, vs 2-16)


Oración:

Dios de amor y de ternura,
Tú que nos haces partícipes de tu amor
dándonos tus mismos sentimientos
haciéndonos fecundos en la entrega mutua
en la donación total al otro,
te pedimos que nos ayudes a renovarnos
cada vez más,
en nuestro amor,
en nuestra entrega,
en nuestro darnos al otro,
para que imitando el amor que nos tienes
cada vez más nuestro sí mutuo
se exprese en actitudes y gestos de amor,
de comprensión, de cariño y ternura
buscando que el amor que nos tenemos
nos ayude a vivir más plenamente
nuestra fe en ti,
siendo presencia tuya para los demás,
transmitiendo y contagiando
el amor que Tú nos tienes.
Amén.

Fuente: Lectio Divina Vicentina

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