“La mansedumbre no solamente nos hace excusar las afrentas e
injurias que recibimos, sino que incluso pide que tratemos mansamente a quienes
nos maltratan, con palabras amigables y, si llegasen incluso a darnos un
bofetón, que lo suframos por Dios; es esta virtud la que produce este efecto.
Sí, un siervo de Dios que la posea, cuando se sienta ultrajado por alguien,
ofrecerá a su divina bondad este rudo trato y se quedará en paz.”
San Vicente de Paul
Y nos regala esta oración:
Oh Salvador,
pon en nosotros las disposiciones
necesarias para sufrir,
de la manera que tú deseas,
las persecuciones que
tengas a bien enviarnos.
Afírmanos en ese estado bienaventurado
que has prometido a las personas
afligidas y perseguidas.
Haz que nos mantengamos
firmes en la persecución,
sin huir ni doblegarnos
ante los ataques del
mundo.
Te lo pido por el mérito de tus sufrimientos.
Amén.
Fuente: Lectio Divina Vicenciana
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