“Sería equivocada una interpretación que reconociera
solamente el obrar exclusivo de Dios, como si Él no hubiera llamado al hombre a
una libre respuesta de amor. Pero sería también errónea una interpretación
moralizadora según la cual, por decirlo así, el hombre podría con su buena
voluntad redimirse a sí mismo. Ambas cosas van juntas: gracia y libertad; el
amor de Dios, que nos precede, y sin el cual no podríamos amarlo, y nuestra
respuesta, que Él espera y que incluso nos ruega en el nacimiento de su Hijo.
El entramado de gracia y libertad, de llamada y respuesta, no lo podemos
dividir en partes separadas una de otra. Las dos están indisolublemente
entretejidas entre sí. Así, esta palabra es promesa y llamada a la vez.
Dios
nos ha precedido con el don de su Hijo. Una y otra vez, nos precede de manera
inesperada. No deja de buscarnos, de levantarnos cada vez que lo necesitamos.
No abandona a la oveja extraviada en el desierto en que se ha perdido. Dios no
se deja confundir por nuestro pecado. Él siempre vuelve a comenzar con
nosotros. No obstante, espera que amemos con Él. Él nos ama para que nosotros
podamos convertirnos en personas que aman junto con Él y así haya paz en la
tierra.”
Papa Benedicto XVI
Oración:
Alegría de nieve
por los caminos.
Todo espera la gracia
del Bien nacido.
En desgracia los hombres,
dura la tierra.
Cuanta más nieve cae,
más cielo cerca.
La tierra tan dormida
ya se despierta.
Y hasta el hombre más muerto
se despereza.
Ya los montes se allanan
y las colinas,
y el corazón del hombre
vuelve a la vida.
Amén.Fuente: Aciprensa
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