sábado, 23 de febrero de 2013

La transfiguración de Jesús.




28 En aquel tiempo, Jesús llevó consigo a Pedro, a Santiago y a
     Juan, y subió a un cerro a orar.
29 Y mientras estaba orando, su cara cambió de aspecto y sus
     ropas se pusieron blancas y brillantes.
30 Dos hombres, que eran Moisés y Elías, conversaban con él.
31 Se veían resplandecientes y le hablaban de su partida, que
     debía cumplirse en Jerusalén.
32 Pedro y sus compañeros tenían mucho sueño. Pero se
     despertaron de repente y vieron la gloria de Jesús y a los dos
     hombres que estaban con él.
33 Cuando éstos se alejaron, Pedro dijo a Jesús: “Maestro, ¡qué
     bueno que estemos aquí!; levantemos tres chozas: una para
     ti, otra para Moisés y otra para Elías.” No sabía lo que decía.
34 Estaba todavía hablando cuando se formó una nube que los
     cubrió con su sombra. Al quedar envueltos en la nube se
     atemorizaron,
35 ‘pero de la nube salió una voz que decía: “Este es mi Hijo,
     mi Elegido; escúchenlo.
36 Después que se escucharon estas palabras, Jesús volvió a
     estar solo.
     Los discípulos guardaron silencio por esos días, y no
     contaron nada a nadie de lo que habían visto.

Evangelio: (Lucas 9, vs 28-36)


Oración:

Padre Bueno,
danos tu Espíritu Santo
para escuchar a tu Hijo…
para conocerte siempre más…
para aprender de tu Hijo
a amar sin condiciones…
para realizar tu proyecto de amor…
para manifestar el amor que nos tienes…
para darte a conocer con nuestra vida…
para dar testimonio de ti…
para anunciar tu Buena Nueva…
para encontrar en ti la vida…
para ser instrumentos de tu amor…
para vivir de acuerdo a tu voluntad…
para hacer vida las Escrituras…
para proclamar que solo Tú eres Dios…
para que en ti encontremos vida y salvación…
para imitar a tu Hijo…
Amén.

Fuente: Lectio Divina Vicenciana

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