sábado, 6 de julio de 2013

"Descansará sobre ellos vuestra paz"



En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: "La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies.
¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino.
Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa." Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros.
Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario.
No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el reino de Dios."
Cuando entréis en un pueblo y no os reciban, salid a la plaza y decid: "Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que está cerca el reino de Dios."
Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para ese pueblo.
"
Los setenta y dos volvieron muy contentos y le dijeron: "Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre."
Él les contestó: "Veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo el ejército del enemigo. Y no os hará daño alguno.
Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo."
Evangelio: (Lucas 10, 1-12. 17-20)

Oración:

“Señor, envía buenos operarios a tu Iglesia,
pero que sean buenos de verdad;
envía buenos misioneros,
tal como deben ser,
para trabajar bien en tu viña;
personas, oh Dios mío,
que sean desprendidas de sí mismas,
de sus propias comodidades
y de los bienes de la tierra,
que sean buenos de verdad,
aunque sean en menos número.
Señor, concede esta gracia a tu Iglesia.
Pon en mí, Señor, todas las condiciones
que deseas en tus discípulos,
como la de no tener
ningún apego a los bienes de la tierra”.
Amén.

(SVP)

Fuente: Lectio Divina Vicenciana

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