sábado, 28 de julio de 2012

El pan de vida.




1    Después, Jesús pasó a la otra orilla del lago de Galilea, 
      cerca de  Tiberíades.
2    Lo acompañaba muchísima gente a causa de las señales
      milagrosas que lo veían hacer en los enfermos.
3    Jesús subió a un cerro y se sentó allí con sus discípulos.
4    Se acercaba la Pascua, fiesta de los judíos.
5    Jesús, levantando los ojos, vio todo ese pueblo que estaba
      subiendo hacia él, y dijo a Felipe:
6    “¿Dónde podremos conseguir pan para que coman?”  Esto
      lo decía Jesús para ponerlo a prueba, porque él sabía bien 
      lo que  iba a hacer.
7    Felipe respondió:”Doscientas monedas de plata no
      alcanzarían para dar a cada uno un pedazo de pan.”
8    Otro discípulo, Andrés, hermano de Simón Pedro, dijo:
9    “Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y
      dos  pescados. Pero ¿qué es esto para tanta gente?”
10  Jesús les dijo: “Hagan que se sienten los hombres.” Pues
      había mucho pasto en este lugar. Se sentaron entonces los
      hombres en número de unos cinco mil.
11  Entonces Jesús tomó los panes, dio gracias y los repartió a
      todos los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los
      pescados, y todos recibieron cuanto quisieron.
12  Cuando quedaron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos:
      “Recojan los pedazos que sobran para que no se pierda
      nada.”
13  Y llenaron doce canastos  con los pedazos que sobraron de
      los cinco panes de cebada.
14  Al ver esta señal que hizo Jesús, los hombres decían: “Este
      es ciertamente el Profeta que ha de venir al mundo.”
15  Pero cuando Jesús vio que querían tomarlo por la fuerza
      para proclamarlo rey, huyó  de nuevo solo a la montaña.

Evangelio: ( Juan 6, vs 1-15 )

Oración:

Tú, Padre bondadoso,
no cesas de enriquecernos con tus dones.
Tú eres la fuente de la vida,
y la otorgas a todos tus hijos
en el pan cotidiano que nos fortalece.
Tú escuchas el grito de la humanidad
y generoso, derramas de mil formas
la bondad de tu mano sobre todos.
Aliméntanos también con el pan del cielo,
con la palabra que hecha carne
se dona a nosotros hecha pan:
para que buscando a Cristo,
por sobre todas las cosas
aprendamos a realizar el milagro
de compartir nuestro propio pan,
con todo aquel que espera por nosotros
el paso de gracia salvadora.
Amén.

Fuente: Lectio Divina Vicentina

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