sábado, 14 de julio de 2012

Domingo 15º Tiempo Ordinario.




Queridos amigos:
Buscar, formar y enviar misioneros, fue una tarea fundamental y constante de Jesús. Como lo es de la Iglesia. Y tenía y tiene que ser así si queremos establecer el Reinado del Padre Dios en el mundo. Es por ello que la primera cosa que hizo el Señor, junto con presentarse Él mismo como misionero, fue buscar discípulos y prepararlos como misioneros (Mc 1, 14-20), a 12 de los cuales constituyó en apóstoles. Pero tuvo otros muchos, que quedaron como discípulos misioneros. Por ejemplo, los 144 que Jesús envió por los pueblos a proclamar la Buena Nueva de su cercano arribo (Lc 10, 1-23). A Dios gracias y como ustedes saben, hoy la Iglesia que está en América Latina y el Caribe, ha retomado la práctica de Jesús y quiere que todos los bautizados seamos y nos llamemos discípulos misioneros. Es lo que nos dice y pide todo el Documento de “Aparecida”.

En relación con la Misión, Jesús tuvo ciertamente una visión y plan misioneros de largo alcance y plazo, pero tuvo también y llevó a cabo un plan misionero de corto alcance y plazo. Como el que recoge Marcos en el evangelio de hoy (Mc 1, 7-13), repetido en (Lc 9, 1-11); y ampliado en (Mt 10, 1-42). Para llevar a cabo el Plan de Largo Plazo, Jesús fundó la Iglesia a la que le dio el mandato de evangelizar el mundo entero (Mt 28, 19-20), Para llevar a cabo el Plan de Corto Plazo, casi de emergencia, Jesús envió a sus 12 apóstoles, a quienes había preparado y capacitado a lo largo de varias meses (Mc 3, 13-14).

Las indicaciones y las facultades que Jesús dio a los apóstoles para su primera misión son interesantes, pero lo son más, leyendo entre líneas, la urgencia y la necesidad, que para Jesús tiene la Misión. De las indicaciones, quiero mencionar sólo dos: la de ir de dos en dos y la de ungir con óleo a los enfermos para sanarlos (Mc 6,13; Stgo 5,14), que es lo que hoy hacemos en el sacramento de la unción de los enfermos. ¡Miren si no es antigua esta práctica de la unción! De las facultades, quiero mencionar estas tres: predicar, curar y exorcizar o expulsar demonios… “¡Ay de mi si no evangelizo!”, dirá más tarde Pablo haciéndose eco de la necesidad y urgencia de misionar (1 Cor 9,16)

Y ¡ay de mí si no evangelizo!, nos ha dicho la Iglesia que está en nuestro Continente, al mismo tiempo que lanzaba la Misión Continental en cada país, en cada diócesis y en cada parroquia. Algo nuevo y grande está pasando y tiene que notarse, se dijo Jesús cuando envió sus apóstoles al pobre pueblo, que andaba como ovejas sin pastor (Mc 6,34). Ser “discípulos y misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos tengan vida en Él” (Jn 14, 6), es lo que nos pidieron los Obispos de América, al lanzar la Nueva Evangelización del Continente, que incluye la misión permanente de las parroquias. 

Fuente: P. Antonio Elduayen, CM





No hay comentarios: