sábado, 24 de diciembre de 2011

Nochebuena


Lucas 1: 67 - 79


67

Y éste es el cántico que Zacarías, lleno del Espíritu Santo, empezó a rezar:

68

«Bendito el Señor, Dios de Israel,

69

Porque intervino liberando a su pueblo y nos ha suscitado un Salvador de entre los hijos de David, su servidor.

70

Así se han realizado sus promesas hechas en el pasado, por la boca de sus santos profetas,

71

de salvarnos de nuestros enemigos y del poder de aquellos que nos odian.

72

Así demuestra ahora la bondad que tuvo con nuestros padres y así se acuerda de su santa alianza

73

pues a Abraham, nuestro padre, le juró bajo palabra, que él nos libraría de las manos de nuestros enemigos

74

para que le sirvamos sin temor, haciéndonos perfectos

75

y siendo dignos de él a lo largo de toda nuestra vida.

76

Y tú, pequeño niño, serás el profeta del Altísimo pues llegarás primero que el Señor para prepararle el camino,

77

para comunicarles a su pueblo en qué consistirá su salvación: en que se les perdonen sus pecados.

78

Todo será por obra de la tierna bondad de nuestro Dios, que nos trae del cielo la visita del Sol que se levanta

79

para alumbrar a aquellos que se encuentran entre tinieblas y sombras de muerte y para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.»


Oramos antes de la cena de Nochebuena:


“Dios Padre,

que nos enviaste a tu Hijo muy amado,

derrama tu bendición sobre estos alimentos

y también sobre los miembros de éste hogar,

para que así, como ahora acogemos

a tu Hijo Reconciliador,

lo recibamos también confiados

cuando vengas al fin de los tiempos”


Fuente: Oración Evangelio 2011 ciclo A


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