sábado, 31 de diciembre de 2011

La palabra de Dios se hizo hombre



1 En el principio era El Verbo

y El Verbo estaba frente a Dios

y El Verbo era Dios.

2 El Verbo estaba en el principio frente a Dios.

3 Todo se hizo por El

y sin El no existe nada de lo que se ha hecho.

4 En El había vida

y la vida es la luz de los hombres.

5 La luz brilla en medio de las tinieblas

pero las tinieblas no pueden hacer presa de la luz.

6 Vino un hombre, de parte de Dios;

éste se llamaba Juan.

7 Vino para dar testimonio,

para declarar a favor de la luz,

8 para que todos creyeran por medio de él.

No era él la Luz,

sino que venía para presentar al que es la Luz.

9 Porque la luz, la luz verdadera

que ilumina a todo hombre,

estaba para entrar a este mundo.

10 En realidad, ya estaba en el mundo,

pues el mundo fue hecho por medio de El,

este mundo que no lo conocía.

11 Vino a su propia casa,

y los suyos no lo recibieron.

12 Pero a todos los que lo han recibido

y que creen en su nombre,

les ha concedido que fueran hijos de Dios.

13 Pues al hombre le nacen hijos de su misma sangre,

o bien tiene hijos adoptivos;

éstos en cambio han nacido de Dios.

14 Y El Verbo se hizo carne,

y habitó entre nosotros;

y nosotros hemos visto su gloria,

la que corresponde al Hijo Unico del Padre:

en El todo era Amor y Fidelidad.

15 Juan dio testimonio de El, declarando:

“Este es aquel de quien yo les decía:

El viene después de mí

pero ya está delante de mí,

porque existía antes que yo.”

16 En El estaba toda la plenitud de Dios

y todos recibimos de El

en una sucesión de gracias sin número.

17 Ya Dios nos había dado la Ley por medio de Moisés,

pero el Amor y la Fidelidad llegaron por Cristo Jesús.

18 A Dios nadie lo ha visto jamás,

pero Dios, Hijo único, comparte la intimidad del Padre:

éste nos lo dio a conocer.


Evangelio: (Juan 1, vs 1-18)


Dueño del tiempo y de la eternidad.


Señor, Dios…Dueño del tiempo y de la eternidad. Tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro. Al terminar este año quiero darte las gracias por la vida. Te ofrezco cuanto hice en este año y te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé y con las que compartí la vida, el trabajo, el dolor y la alegría. Pero también, Señor, hoy quiero pedirte perdón por el tiempo perdido, por la palabra inútil y el amor desperdiciado. Hoy te pido para mí y los míos, la paz y la alegría, la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría.

Fuente: Evangelio 2011 Ciclo A

sábado, 24 de diciembre de 2011

Jesús nace en Belén



1 En esos días, el emperador dictó una ley que ordenaba hacer un censo en todo el imperio.

2 Este primer censo se hizo cuando Quirino era gobernador de la Siria.

3 Todos iban a inscribirse a sus respectivas ciudades.

4 También José, como era descendiente de David, salió de la ciudad de Nazaret de Galilea, y subió a Judea

5 a la ciudad de David, llamada Belén, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada.

6 Cuando estaban en Belén,

7 le llegó el día en que debía tener su hijo. Y dio a luz a su primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en una pesebrera, porque no habían hallado lugar en la posada.

8 En la región había pastores que vivían en el campo y que por la noche se turnaban para cuidar sus rebaños.

9 El ángel del Señor se les apareció, y los rodeó de claridad la gloria del Señor, y todo esto les produjo un miedo enorme.

10 Pero el ángel les dijo: "No teman, porque yo vengo a comunicarles una buena nueva, que será motivo de mucha alegría para todo el pueblo.

11 Hoy nació para ustedes en la ciudad de David un Salvador que es Cristo Señor.

12 En esto lo reconocerán: hallarán a un niño recién nacido, envuelto en pañales y acostado en una pesebrera".

13 De pronto aparecieron otros ángeles y todos alababan a Dios, diciendo:

14 "¡Gloria a Dios en lo más alto del cielo, y en la tierra, gracia y paz a los hombres!"

Evangelio: Lucas 2,vs 1-14

EN UN PESEBRE

Según el relato de Lucas, es el mensaje del Ángel a los pastores el que nos ofrece las claves para leer desde la fe el misterio que se encierra en un niño nacido en extrañas circunstancias en las afueras de Belén.

Es de noche. Una claridad desconocida ilumina las tinieblas que cubren Belén. La luz no desciende sobre el lugar donde se encuentra el niño, sino que envuelve a los pastores que escuchan el mensaje. El niño queda oculto en la oscuridad, en un lugar desconocido. Es necesario hacer un esfuerzo para descubrirlo.

Estas son las primeras palabras que hemos de escuchar: «No tengáis miedo. Os traigo la Buena Noticia: la alegría grande para todo el pueblo». Es algo muy grande lo que ha sucedido. Todos tenemos motivo para alegrarnos. Ese niño no es de María y José. Nos ha nacido a todos. No es solo de unos privilegiados. Es para toda la gente.

Los cristianos no hemos de acaparar estas fiestas. Jesús es de quienes lo siguen con fe y de quienes lo han olvidado, de quienes confían en Dios y de los que dudan de todo. Nadie está solo frente a sus miedos. Nadie está solo en su soledad. Hay Alguien que piensa en nosotros.

Así lo proclama el mensajero: «Hoy os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor». No es el hijo del emperador Augusto, dominador del mundo, celebrado como salvador y portador de la paz gracias al poder de sus legiones. El nacimiento de un poderoso no es buena noticia en un mundo donde los débiles son víctima de toda clase de abusos.

Este niño nace en un pueblo sometido al Imperio. No tiene ciudadanía romana. Nadie espera en Roma su nacimiento. Pero es el Salvador que necesitamos. No estará al servicio de ningún César. No trabajará para ningún imperio. Solo buscará el reino de Dios y su justicia. Vivirá para hacer la vida más humana. En él encontrará este mundo injusto la salvación de Dios.

¿Dónde está este niño? ¿Cómo lo podemos reconocer? Así dice el mensajero: «Aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre». El niño ha nacido como un excluido. Sus padres no le han podido encontrar un lugar acogedor. Su madre lo ha dado a luz sin ayuda de nadie. Ella misma se ha valido, como ha podido, para envolverlo en pañales y acostarlo en un pesebre.

En este pesebre comienza Dios su aventura entre los hombres. No lo encontraremos en los poderosos sino en los débiles. No está en lo grande y espectacular sino en lo pobre y pequeño. Hemos de escuchar el mensaje: vayamos a Belén; volvamos a las raíces de nuestra fe. Busquemos a Dios donde se ha encarnado.

Autor: José Antonio Pagola



Nochebuena


Lucas 1: 67 - 79


67

Y éste es el cántico que Zacarías, lleno del Espíritu Santo, empezó a rezar:

68

«Bendito el Señor, Dios de Israel,

69

Porque intervino liberando a su pueblo y nos ha suscitado un Salvador de entre los hijos de David, su servidor.

70

Así se han realizado sus promesas hechas en el pasado, por la boca de sus santos profetas,

71

de salvarnos de nuestros enemigos y del poder de aquellos que nos odian.

72

Así demuestra ahora la bondad que tuvo con nuestros padres y así se acuerda de su santa alianza

73

pues a Abraham, nuestro padre, le juró bajo palabra, que él nos libraría de las manos de nuestros enemigos

74

para que le sirvamos sin temor, haciéndonos perfectos

75

y siendo dignos de él a lo largo de toda nuestra vida.

76

Y tú, pequeño niño, serás el profeta del Altísimo pues llegarás primero que el Señor para prepararle el camino,

77

para comunicarles a su pueblo en qué consistirá su salvación: en que se les perdonen sus pecados.

78

Todo será por obra de la tierna bondad de nuestro Dios, que nos trae del cielo la visita del Sol que se levanta

79

para alumbrar a aquellos que se encuentran entre tinieblas y sombras de muerte y para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.»


Oramos antes de la cena de Nochebuena:


“Dios Padre,

que nos enviaste a tu Hijo muy amado,

derrama tu bendición sobre estos alimentos

y también sobre los miembros de éste hogar,

para que así, como ahora acogemos

a tu Hijo Reconciliador,

lo recibamos también confiados

cuando vengas al fin de los tiempos”


Fuente: Oración Evangelio 2011 ciclo A


Oración de la Noche



Mirad las estrellas fulgentes brillar,
sus luces anuncian que Dios ahí está,
la noche en silencio, la noche en su paz,
murmura esperanzas cumpliéndose ya.

Los ángeles santos, que vienen y van,
preparan caminos por donde vendrá
el Hijo del Padre, el Verbo eternal,
al mundo del hombre en carne mortal.

Abrid vuestras puertas, ciudades de paz,
que el rey de la gloria ya pronto vendrá;
abrid corazones, hermanos, cantad
que vuestra esperanza cumplida será.

Los justos sabían que el hambre de Dios
vendría a colmarla el Dios del Amor,
su Vida en su vida, su Amor en su amor
serían un día su gracia y su don.

Ven pronto, Mesías, ven pronto, Señor,
los hombres hermanos esperan tu voz,
tu luz, tu mirada, tu vida, tu amor.
Ven pronto, Mesías,

sé Dios Salvador. Amén.

Fuente: Aciprensa

jueves, 22 de diciembre de 2011

Carta Adviento 2011



Navidad 14 de Diciembre de 2011

“Yo he venido al mundo para que ustedes tengan vida y la tengan en abundancia.” Jn.10,10

Queridos Animadores de Salud y familias:

Después de haber vivido nuestra hermosa Asamblea Nacional 7,8 y 9 de octubre, sólo me brota del corazón agradecido muchísimas gracias por toda su alegría, participación, compromiso con el que cada uno aportó, ha sido un testimonio reconfortante, que nos ha fortalecido a todos, especialmente a mí, en mi compromiso de entrega como Hija de la Caridad, gracias.

En estas vísperas de Navidad, el Señor nos invita a multiplicar nuestros actos de Caridad, a fijar los ojos en los que nos necesitan, en los que nada tienen a los que podemos hacer tan felices dándoles nuestra compañía, nuestro amor, nuestro apoyo, una palabra de ternura y aliento, una sonrisa, una caricia..… “estuve enfermo y me visitaste”… (Mt. 25).

Que en esta nueva Celebración de la Navidad, podamos decirle al Señor Jesús que estamos contentos con los pasos que hemos realizado en los distintos servicios, fijando nuestros ojos y nuestro corazón en nuestros hermanos que sufren.

Al mismo tiempo quiero expresarles mi más profundo reconocimiento y admiración por el importante trabajo que han realizado en cada lugar: Iquique en la Pastoral de Salud, en especial el trabajo maravilloso en la Tirana; los testimonios de Caldera que en su corto tiempo como Animadores de Salud han realizado visitas domiciliarias a los enfermos, se han preocupado de su formación personal, de entregarse sin medida como Jesús nos pide y todos esto con el gran apoyo de su Pastor el Padre Juan Barraza que es un gran Animador de Salud Integral; Chungungo e Incahuasi que si bien es cierto, no estuvieron presentes en el Encuentro, sabemos que su trabajo es muy entregado y con mucho esfuerzo, tendremos que visitarlos en el Verano; los Animadores de Santiago también han trabajado fuertemente en diversas actividades, como lo pudimos apreciar en la Asamblea Nacional , en la Festividad de la Medalla Milagrosa que fue maravillosa, el ver y sentir la Fe de los peregrinos que empezaron a llegar desde las 7,30 de la mañana, sin parar durante todo el día hasta las 21°°hrs. ; Rancagua , también se distingue por su trabajo en el sector, en forma particular con los “Reyes” de la calle que son hermanos nuestros que la gente suele discriminar y que necesitan de nuestro apoyo y servicio ; Concepción , muchas gracias por el esfuerzo que ponen en cada uno de los trabajos que realizan, por las visitas domiciliarias y acompañamientos a los enfermos y por su espíritu de lucha frente a las adversidades ; Punta Arenas , siendo un grupo pequeño trabajan con mucho tesón para ir creciendo y sirviendo a la comunidad, llamando la atención de algunos párrocos que me han solicitado conocer lo que son los Animadores de Salud , Dios mediante, se formará un nuevo grupo el 2012.

Como pueden apreciar queridos Animadores, vivimos tiempos de esperanza, que nos permiten vivir este Adviento gozosamente y prepararnos para la llegada del Niño Dios que sencillo y humilde quiere morar en nuestros hogares, les deseo muchas bendiciones a cada uno, un abrazo fraterno y mi oración.

Hna. Francisca Martínez G.

Hija de la Caridad

domingo, 18 de diciembre de 2011

La Anunciación



26 Al cabo de seis meses, Dios envió al ángel Gabriel donde una joven virgen que vivía en una ciudad de Galilea llamada Nazaret,

27 y que era prometida de José, de la familia de David. Y el nombre de la virgen era María.

28 Entró el ángel a su casa y le dijo: “Alégrate tú, la Amada y Favorecida; el Señor está contigo”

29 Estas palabras la impresionaron muchísimo y se preguntaba qué querría decir ese saludo.

30 Pero el ángel le dijo: “No temas, María, porque has encontrado el favor de Dios.

31 Vas a quedar embarazada y darás a luz a un hijo, al que pondrás el nombre de Jesús.

32 Será grande, y con razón lo llamarán: Hijo del Altísimo. Dios le dará el trono de David, su antepasado.

33 Gobernará por siempre el pueblo de Jacob y su reinado no terminará jamás”.

34 María entonces dijo al ángel: “¿Cómo podré ser madre si no tengo relación con ningún hombre?”

35 Contestó el ángel: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el Poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso tu hijo será Santo y con razón lo llamarán Hijo de Dios.

36 Ahí tienes a tu parienta Isabel: en su vejez ha quedado esperando un hijo, y la que no podía tener familia se encuentra ya en el sexto mes de embarazo;

37 porque para Dios nada es imposible”.

38 Dijo María: “Yo soy la servidora del Señor; hágase en mí lo que has dicho”. Después de estas palabras el ángel se retiró.

Evangelio: (San Lucas 1, vs 26-38)


Con Alegría y Confianza

El Concilio Vaticano II presenta a María, Madre de Jesucristo, como "prototipo y modelo para la Iglesia", y la describe como mujer humilde que escucha a Dios con confianza y alegría. Desde esa misma actitud hemos de escuchar a Dios en la Iglesia actual.

«Alégrate». Es lo primero que María escucha de Dios y lo primero que hemos de escuchar también hoy. Entre nosotros falta alegría. Con frecuencia nos dejamos contagiar por la tristeza de una Iglesia envejecida y gastada. ¿Ya no es Jesús Buena Noticia? ¿No sentimos la alegría de ser sus seguidores? Cuando falta la alegría, la fe pierde frescura, la cordialidad desaparece, la amistad entre los creyentes se enfría. Todo se hace más difícil. Es urgente despertar la alegría en nuestras comunidades y recuperar la paz que Jesús nos ha dejado en herencia.

«El Señor está contigo». No es fácil la alegría en la Iglesia de nuestros días. Sólo puede nacer de la confianza en Dios. No estamos huérfanos. Vivimos invocando cada día a un Dios Padre que nos acompaña, nos defiende y busca siempre el bien de todo ser humano. Esta Iglesia, a veces tan desconcertada y perdida, que no acierta a volver al Evangelio, no está sola. Jesús, el Buen Pastor, nos está buscando. Su Espíritu nos está atrayendo. Contamos con su aliento y comprensión. Jesús no nos ha abandonado. Con él todo es posible.

«No temas». Son muchos los miedos que nos paralizan a los seguidores de Jesús. Miedo al mundo moderno y a la secularización. Miedo a un futuro incierto. Miedo a nuestra debilidad. Miedo a la conversión al Evangelio. El miedo nos está haciendo mucho daño. Nos impide caminar hacia el futuro con esperanza. Nos encierra en la conservación estéril del pasado. Crecen nuestros fantasmas. Desaparece el realismo sano y la sensatez cristiana. Es urgente construir una Iglesia de la confianza. La fortaleza de Dios no se revela en una Iglesia poderosa sino humilde.

«Darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús». También a nosotros, como a María, se nos confía una misión: contribuir a poner luz en medio de la noche. No estamos llamados a juzgar al mundo sino a sembrar esperanza. Nuestra tarea no es apagar la mecha que se extingue sino encender la fe que, en no pocos, está queriendo brotar: Dios es una pregunta que humaniza. Desde nuestras comunidades, cada vez más pequeñas y humildes, podemos ser levadura de un mundo más sano y fraterno. Estamos en buenas manos. Dios no está en crisis. Somos nosotros los que no nos atrevemos a seguir a Jesús con alegría y confianza.

Autor: José Antonio Pagola

sábado, 17 de diciembre de 2011

La Corona de Adviento 4ª Semana



La presencia de Dios en nuestra familia

Para empezar: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Se encienden las tres velas de los domingos anteriores y se lee la lectura del Evangelio según San Mateo 7, vs 24-25:

24 El que escucha mis palabras y las practica es como un hombre inteligente que edificó su casa sobre la roca.

25 Cayó la lluvia a torrentes, sopló el viento huracanado contra la casa, pero la casa no se derrumbó, porque tenía los fundamentos sobre la roca.

-Esta es palabra de Dios.
-Gloria a Ti Señor Jesús.

Vela: Encender la última vela de Adviento.

Propósitos: Después de la lectura anterior, cada uno de los miembros de la familia, dirá cuál es su propósito para la semana y se comprometerá a cumplirlo.

Oración:

Padre, que nos has dado una familia

en la cuál te hemos conocido y amado,

ayúdanos a vivir

teniéndote siempre presente

en nuestras vidas.

Te pedimos que en esta Navidad

nos regales el quedarte con nosotros,

en nuestros corazones,

sentir que vives en nuestro hogar, y

en nuestras familias. Amén.

Para terminar: Todos los miembros de la familia se toman de las manos para rezar juntos un Padrenuestro. Se encienden las luces y se canta una canción, puede ser: “El camino que lleva a Belén”.

Fuente: Aciprensa

domingo, 11 de diciembre de 2011

La Corona de Adviento 3a semana



Ser mejor en familia.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Se encienden las dos velas de los domingos anteriores, se apagan las luces y se lee:

Evangelio según San Mateo (5, vs13-16):

13 Ustedes son la sal de la tierra. Y si la sal se vuelve desabrida, ¿con qué se le puede devolver el sabor? Ya no sirve para nada sino para echarla a la basura o para que la pise la gente.

14 Ustedes son luz para el mundo. No se puede esconder una ciudad edificada sobre un cerro.

15 No se enciende una lámpara para esconderla en un tiesto, sino para ponerla en un candelero a fin de que alumbre a todos los de la casa.

16 Así, pues, debe brillar su luz ante los hombres, para que vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre de ustedes que está en los cielos.

-Esta es palabra de Dios.
-Gloria a ti, Señor Jesús.

Se enciende la tercera vela de Adviento.

Para reflexionar: Después de la lectura anterior, se guardan unos minutos en silencio y se hace la siguiente pregunta: ¿qué hago yo para que mi familia sea mejor? Cada miembro de la familia puede responder en voz alta si desea.

Propósitos: Cada miembro de la familia puede decir cuál es su propósito durante la semana y se comprometerá a cumplirlo. Luego, podemos orar juntos.

Oración:

Padre, en nuestra familia crecemos

y aprendemos a ser mejores,

te pedimos hoy que nos ayudes

a ser una familia cristiana,

y ser un buen ejemplo para los que nos rodean.

Te pedimos fuerzas para mejorar

o cambiar lo que sea necesario de nosotros

para que nuestra familia sea mejor cada día. Amén.

Para terminar: Todos los miembros de la familia se toman de la mano y rezan juntos el Padre nuestro. Se encienden las luces y se canta una canción.

Fuente: Aciprensa

jueves, 8 de diciembre de 2011

Inmaculada Concepción



Tú, que “aplastas la cabeza de la serpiente”,

no permitas que cedamos.

No permitas que nos dejemos vencer por el mal,

sino que haz que nosotros mismos

venzamos al mal con el bien.

Oh, Tú, victoriosa en tu Inmaculada Concepción,

victoriosa con la fuerza de Dios mismo,

con la fuerza de la gracia.

Mira que se inclina ante Ti Dios Padre Eterno.

Mira que se inclina ante Ti el Hijo,

de la misma naturaleza que el Padre,

tu Hijo crucificado y resucitado.

Mira que te abraza la potencia del Altísimo: el Espíritu Santo,

el Fautor de la Santidad.

La heredad del pecado es extraña a Ti.

Eres “llena de gracia”.

Se abre en Ti el reino de Dios mismo.

Se abre en Ti el nuevo porvenir del hombre,

del hombre redimido,

liberado del pecado.

Que este porvenir penetre,

como la luz del Adviento,

las tinieblas que se extienden sobre la tierra,

que caen sobre los corazones humanos

y sobre las conciencias.

¡Oh Inmaculada!

“Madre que nos conoces, permanece con tus hijos”.

Amén.


Plegaria de S.S. Juan Pablo II a la Inmaculada Concepción

Plaza de España, 8 de Diciembre de 1984

Fuente: Aciprensa

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Virgen María: Bendita Sea tu Pureza



Oración: Bendita Sea tu Pureza

Bendita sea tu pureza

y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea,

en tan graciosa belleza.


A Ti celestial princesa,

Virgen Sagrada María,
yo te ofrezco en este día,

alma vida y corazón.

Mírame con compasión,

no me dejes,

Madre mía.
Amén.

domingo, 4 de diciembre de 2011

La Corona de Adviento 2a semana



"Allanad los senderos del Señor"

1 Comienzo de la Buena Nueva de Jesucristo, Hijo de Dios.

2 En el libro del profeta Isaías está escrito: "Ahora mando a mi mensajero delante de ti, para prepararte el camino.

3 Escuchen ese grito en el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos."

4 Y así sucedió: Juan el Bautista se presentó en el desierto. Predicaba a la gente, hablando de bautismo y de conversión para alcanzar el perdón de los pecados.

5 Acudía a él gente de toda la región de Judea, y todos los habitantes de Jerusalén. Confesaban sus pecados, y Juan los bautizaba en el río Jordán.

6 Juan llevaba un vestido hecho de pelos de camello, con un cinturón de cuero, y comía langostas y miel de abeja silvestre.

7 Juan decía muy claro: "Detrás de mí viene otro mucho más grande que yo. Me sentiría muy honrado si se me permitiera arrodillarme para desatar la correa de su calzado.

8 Pues yo no hago más que bautizarlos con agua, pero él los bautizará en el Espíritu Santo."

Evangelio: (Marcos 1, vs 1-8)

La corona al iniciar la liturgia debe estar encendida la primera vela. Crear un ambiente recogido, con poca luz. Es recomendable colocar una imagen de la Virgen al lado de la corona, con un cirio a sus pies. De este cirio se puede tomar la llama para encender la primera vela de la corona.

Todos: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Guía: Vamos a encender la segunda vela de nuestra corona. El Señor está cada vez más cerca de nosotros y debemos prepararnos dignamente para recibirlo en nuestros corazones. Hagamos un momento de silencio para elevar nuestra oración al Señor.

Oración:

Señor y Dios nuestro que has manifestado tu salvación hasta los confines de la tierra; concédenos esperar con alegría la gloria del nacimiento de tu Hijo. Que vive y reina contigo. Amén

Fuente: Aciprensa/Ewtn

viernes, 2 de diciembre de 2011

Homenaje al COAR



Virgen María, Virgen de la Medalla Milagrosa te suplico humildemente que ampares bajo tu manto protector a todos los niños enfermos, a quienes llegan al Hospital Roberto del Río y, en especial, a los niños que llegan al COAR.

Protege también a Tía Nory, a su familia y a todas las personas que trabajan, día a día, colaborando con los niños y sus padres en las horas especiales de sus vidas.

Permite Madre nuestra que esta noble misión del COAR, que hoy cumple 10 años de vida, perdure, permanezca y florezca en el tiempo.

Reciban nuestro cariñoso saludo.

Sor Francisca Martínez G.

Animadores de Salud Sta. Luisa de Marillac