sábado, 8 de abril de 2017

Jesús entra en Jerusalén.


Estaban ya cerca de Jerusalén. Cuando llegaron a Betfagé, junto al monte de los Olivos, Jesús envió a dos discípulos, diciéndoles: «Caminen hasta el pueblecito que está al frente y encontrarán una burra atada con su burrito al lado. Desátenla y tráiganmela. Si alguien les dice algo, contéstenle: El Señor los necesita, pero pronto los devolverá.»
 Esto sucedió para que se cumpliera lo anunciado por un profeta: Digan a la hija de Sión: «Mira que tu rey viene a ti con toda sencillez, montado en una burra, una burra de carga, junto a su burrito.»  Los discípulos fueron, pues, siguiendo las instrucciones de Jesús, y trajeron la burra con su cría. Después le colocaron sus capas en el lomo y Jesús se sentó encima.
Entonces la mayoría de la gente extendió sus capas en el camino; otros cortaban ramas de árboles y las ponían sobre el suelo. El gentío que iba delante de Jesús y el que le seguía exclamaba: «¡Hosanna! ¡Viva el Hijo de David! ¡Bendito sea el que viene en el Nombre del Señor! ¡Hosanna! ¡Gloria en lo más alto de los cielos!»
Cuando Jesús entró en Jerusalén, la ciudad se alborotó. Preguntaban: «¿Quién es éste?» Y la muchedumbre contestaba: «Este es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea».
Evangelio: (Mateo 21, vs 1-11)
Oración:
Padre Nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu Reino:
hágase tu voluntad
así en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos de todo mal.

Amén.

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