sábado, 6 de febrero de 2016

La pesca milagrosa.

Jesús y los pescadores
Estaba él a la orilla del lago Genesaret y la gente se agolpaba sobre él para oír la Palabra de Dios, cuando vio dos barcas que estaban a la orilla del lago. Los pescadores habían bajado de ellas, y lavaban las redes.
Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, le rogó que se alejara un poco de tierra; y, sentándose, enseñaba desde la barca a la muchedumbre.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar
Simón le respondió: «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, en tu palabra, echaré las redes.»
Y, haciéndolo así, pescaron gran cantidad de peces, de modo que las redes amenazaban romperse. Hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que vinieran en su ayuda. Vinieron, pues, y llenaron tanto las dos barcas que casi se hundían.
Al verlo Simón Pedro, cayó a las rodillas de Jesús, diciendo: «Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador.»
Pues el asombro se había apoderado de él y de cuantos con él estaban, a causa de los peces que habían pescado.Y lo mismo de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: «No temas. Desde ahora serás pescador de hombres
Llevaron a tierra las barcas y, dejándolo todo, le siguieron.
Evangelio: (Lucas 5, vs 1-11)

Oración:
Señor Jesús, ven en nuestra ayuda,
y ayúdanos a echar las redes en tu Nombre,
para que así Tú puedas seguir manifestando
tu amor y tu misericordia,
atrayendo a muchos a tu encuentro,
dándoles tu gracia y tu bendición,
siendo Tú el sentido de sus vidas,
con tu gracia, tu amor y tu perdón.
Hoy nuevamente, Señor,
danos la gracia de actuar en tu Nombre
para que sigas tocando los corazones,
haciendo que muchos te conozcan y te sigan,
encontrando en ti el sentido
pleno y total de sus vidas.
Así sea.

Fuente: Lectio Divina Vicenciana

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