viernes, 30 de marzo de 2018

Viernes Santo.


Cristo Jesús se humilló por nosotros y se hizo obediente 
hasta la muerte, y muerte en una cruz.
Por eso Dios lo engrandeció y le concedió el
Nombre que está sobre todo nombre.
(Filipenses 2, vs 8-9)

Oración:
Padre Nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre.
Venga a nosotros tu Reino,
hágase tu voluntad
así en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.
Amén.

sábado, 24 de marzo de 2018

Oración para Domingo de Ramos.



   Este Domingo se inicia la Semana Santa con la celebración del Domingo de Ramos. La liturgia de las palmas anticipa el triunfo
de la resurrección del Señor.
   Para colocar las palmas benditas en nuestra casa, podemos orar:

Bendice, Señor, nuestro hogar.
Que tu Hijo Jesús y la Virgen María
reinen en él.
Danos paz, amor y respeto,
para que respetándonos y amándonos
los sepamos honrar
con nuestra vida familiar,
sé Tú, el Rey en nuestro hogar.
Amén.

Fuente: Aciprensa

Entrada de Jesús en Jerusalén.



Cuando Jesús y los suyos se aproximaban a Jerusalén, estando ya al pie del monte de los Olivos, cerca de Betfagé y de Betania, Jesús envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: «Vayan al pueblo que está enfrente y, al entrar, encontrarán un asno atado, que nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráiganlo; y si alguien les pregunta: ¿Qué están haciendo?, respondan: «El Señor lo necesita y lo va a devolver en seguida».
   Ellos fueron y encontraron un asno atado cerca de una puerta, en la calle, y lo desataron. Algunos de los que estaban allí les preguntaron: «¿Qué hacen? ¿Por qué desatan ese asno?». Ellos respondieron como Jesús les había dicho y nadie los molestó.
   Entonces le llevaron el asno, pusieron sus mantos sobre él y Jesús se montó. Muchos extendían sus mantos sobre el camino; otros, lo cubrían con ramas que cortaban en el campo. Los que iban delante y los que seguían a Jesús, gritaban: «¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito sea el Reino que ya viene, el Reino de nuestro padre David! ¡Hosanna en las alturas!».
Evangelio: (Mc 11, vs 1-10)

Oración:
Padre Nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre.
Venga a nosotros tu Reino,
hágase tu voluntad
así en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.
Amén.


sábado, 17 de marzo de 2018

La oración, la limosna y el ayuno.



En parte de su Mensaje para la Cuaresma de este año 2018, y que lleva por título “Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría”, el Papa Francisco nos dice que:

“Este tiempo de Cuaresma nos ofrece el dulce remedio de la oración, la limosna y el ayuno.”
“El hecho de dedicar más tiempo a la oración hace que nuestro corazón descubra las mentiras secretas con las cuales nos engañamos a nosotros mismos, para buscar finalmente el consuelo en Dios.”

Luego nos dice:
El ejercicio de la limosna nos libera de la avidez y nos ayuda a descubrir que el otro es mi hermano: nunca lo que tengo es sólo mío. Cuánto desearía que la limosna se convirtiera para todos en un auténtico estilo de vida.”

Y finalmente:
El ayuno, por último, debilita nuestra violencia, nos desarma, y constituye una importante ocasión para crecer. Por una parte, nos permite experimentar lo que sienten aquellos que carecen de lo indispensable y conocen el aguijón del hambre; por otra, expresa la condición de nuestro espíritu, hambriento de bondad y sediento de la vida de Dios. El ayuno nos despierta, nos hace estar más atentos a Dios y al prójimo, inflama nuestra voluntad de obedecer a Dios, que es el único que sacia nuestra hambre.”


Fuente: Aciprensa

Si el grano de trigo no muere.



   Había unos griegos que habían subido a Jerusalén para adorar a Dios durante la fiesta de Pascua. Éstos se acercaron a Felipe de Betsaida de Galilea, y le dijeron: “Señor, queremos ver a Jesús”. Felipe fue a decírselo a Andrés, y ambos se lo dijeron a Jesús.
   Él les respondió: “Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado. Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. El que tiene apego a su vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la Vida eterna. El que quiera servirme que me siga, y donde yo esté, estará también mi servidor. El que quiera servirme, será honrado por mi Padre. Mi alma ahora está turbada. ¿Y qué diré:«Padre, líbrame de esta hora»? ¡Si para eso he llegado a esta hora! ¡Padre, glorifica tu Nombre!”.
   Entonces se oyó una voz del cielo: “Ya lo he glorificado y lo volveré a glorificar”. La multitud, que estaba presente y oyó estas palabras, pensaba que era un trueno. Otros decían: “Le ha hablado un ángel”.
   Jesús respondió: “Esta voz no se oyó por mí, sino por ustedes. Ahora ha llegado el juicio de este mundo, ahora el Príncipe de este mundo será arrojado afuera; y cuando yo sea levantado en alto sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí”.
Evangelio: (Jn 12, vs 20-33)

Oración:
Padre Nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre.
Venga a nosotros tu Reino,
hágase tu voluntad
así en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.
Amén.

sábado, 3 de marzo de 2018

San Vicente de Paul: Amar a Dios.



«No me basta con amar a Dios, si no lo ama mi prójimo»

San Vicente de Paul

Jesús expulsa del templo a los vendedores.



   Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas. Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó sus mesas y dijo a los vendedores de palomas: “Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio”.
   Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: “El celo por tu Casa me consume”. Entonces los judíos le preguntaron: “¿Qué signo nos das para obrar así?”. Jesús les respondió: “Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar”. Los judíos le dijeron: “Han sido necesarios cuarenta y seis años para construir este Templo, ¿y Tú lo vas a levantar en tres días?”.
   Pero Él se refería al templo de su cuerpo. Por eso, cuando Jesús resucitó, sus discípulos recordaron que Él había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la Palabra que había pronunciado.
   Mientras estaba en Jerusalén, durante la fiesta de Pascua, muchos creyeron en su Nombre al ver los signos que realizaba. Pero Jesús no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba que lo informaran acerca de nadie: Él sabía lo que hay en el interior del hombre.
Evangelio: (Jn 2, vs 13-25)

Oración:
En tu palabra de vida, oh Padre,
nos has mostrado el camino hacia ti…
En tus preceptos encontramos
el camino luminoso hacia tu casa.
Ahora te pedimos:
refuerza nuestra fidelidad a tus preceptos,
transforma nuestro pensamiento y acciones
según tu ley de santidad,
acrecienta nuestra sinceridad ante tu palabra…
De manera que tu paso por nuestra vida
encuentre un corazón dispuesto,
un lugar para la morada de tu gloria,
un templo digno de tu presencia,
hombres nuevos y mujeres nuevas
dispuestos a cumplir el resumen de toda ley:
el mandamiento del amor-caridad.
Amén.

Fuente: Lectio Divina Vicentina