sábado, 29 de octubre de 2016

San Vicente de Paul: Solo se desea lo que se ama.


De hecho, todos los que aquí estamos, ¿cómo éramos antes de entrar aquí? ¿Cómo habíamos vivido? ¡Ay! ¡Tengo que hablar de mí, miserable, que soy el escándalo de todo el mundo, y no solamente de ustedes! La verdad es que cada uno sabe la vida que ha llevado; y ahora, por la misericordia de Dios, ya no está en aquella situación, se ha recuperado. No es que ahora no surjan por una parte y por otra pequeñas faltas, pero esto no es nada en comparación con lo que éramos antes.
   Pero, padre, me dirán, yo siempre vuelvo a caer en lo 
mismo; esto hace que tenga miedo de no amar a Dios, porque, 
si lo amase, no recaería con tanta frecuencia. Cae usted; bien, 
hay que levantarse enseguida y humillarse mucho. Dice usted 
que no ama a Dios; dígame, ¿verdad que quiere usted amarle? 
Sí, padre. Entonces le ama ya, dice San Agustín, porque sólo 
se desea lo que se ama.” (XI, 278)

Fuente: Lectio Divina Vicenciana

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