“En los peligros, en las
angustias, en las incertidumbres
piensa en María, invoca a
María.
Que Ella no se aparte nunca
de tus labios,
que no se aparte nunca de
tu corazón;
y para que obtengas la
ayuda de su oración,
no olvides nunca el
ejemplo de su vida.
Si la sigues, no puedes
desviarte;
si la invocas, no puedes
desesperar;
si piensas en ella, no
puedes equivocarte.
Si ella te sostiene, no
caes;
si ella te protege, no
tienes que temer;
si ella te guía, no te
cansas;
si ella te es propicia, llegarás a la meta…”San Bernardo de Claraval (Clairvaux)
Doctor de la Iglesia
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