Al anochecer
de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en su casa,
con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso
en medio y les dijo: "Paz a vosotros."
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se
llenaron de alegría al ver al Señor.
Jesús
repitió: "Paz a vosotros. Como el Padre me ha
enviado, así también os envió yo." Y, dicho esto, exhaló su aliento
sobre ellos y les dijo: "Recibid el Espíritu
Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se
los retengáis, les quedan retenidos."
Evangelio: (Juan 20,
vs 19-23)
Oración:
Ven Espíritu
Santo,
envía tu luz
desde el cielo.
Padre amoroso
del pobre;
don, en tus
dones espléndido;
luz que
penetra las almas;
fuente del
mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre
si Tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus Siete Dones
según la fe de tus siervos.
Por tu bondad y tu gracia
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.
AménFuente: Aciprensa
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