sábado, 23 de abril de 2016

Amaos los unos a los otros.


“Quien ama da su vida como un don; el egoísta por el contrario cuida su vida, crece en este egoísmo y se convierte en un traidor, pero siempre solo. En cambio quien da su vida por amor, nunca está solo: siempre está en comunidad, está en familia. Quien aísla su conciencia en el egoísmo, al final la pierde.
Jesús ama por siempre y siempre se dona. Y este don suyo del amor nos mueve a amar para dar fruto. Y el fruto permanece.”

Fuente: Extracto Homilía de Papa Francisco,
             en Santa Marta, 14 Mayo 2013.

Les doy este mandamiento nuevo.


Cuando salió, dice Jesús: «Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo y le glorificará pronto.»
   «Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros. Vosotros me buscaréis, y, lo mismo que les dije a los judíos, que adonde yo voy, vosotros no podéis venir, os digo también ahora a vosotros.
   Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros.
»
Evangelio: (Juan 13, vs 31-33, 34-35)

Oración:
Alma de Cristo, santifícame,
Cuerpo de Cristo, sálvame,
Sangre de Cristo, embriágame
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame,
Oh buen Jesús, óyeme,
dentro de tus llagas, escóndeme:
no permitas que me aparte de ti.
Del enemigo malo, defiéndeme,
en la hora de mi muerte, llámame
y mándame ir a ti;
para que con tus santos te alabe
por los siglos de los siglos.
Amén.

San Ignacio de Loyola

sábado, 16 de abril de 2016

San Alberto Hurtado: en la angustia.


“En los momentos de mayor angustia, muestra al que sufre, a Cristo en cruz, que venció al mundo, al dolor y a la muerte muriendo aparentemente vencido en lo alto del madero. Al que ha perdido a un ser querido le hace vislumbrar la vida de eternidad y alegría en unión de la fuente de toda alegría que es Dios: allí veremos, descansaremos, contemplaremos, amaremos sin sombra de dudas ni temor de términos.”

San Alberto Hurtado

Yo soy el Buen Pastor.


Jesús dijo: “Mis ovejas conocen mi voz y yo las conozco a ellas. Ellas me siguen y yo les doy vida eterna: nunca perecerán y nadie las sacará de mi mano. Lo que el Padre me ha dado es más fuerte que todo, y nadie puede sacarlo  de la mano de mi Padre. Yo y mi Padre somos una misma cosa.”
Evangelio: (Juan 10, vs 27-30)

Oración:
Padre Nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino:
hágase tu voluntad
en  la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
Perdona nuestras ofensas,
Como también nosotros
Perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.
Amén.

sábado, 2 de abril de 2016

Santa Luisa de Marillac: Sobre la misión


Afirma sobre la misión, como fruto de la acción del Espíritu Santo:
Esto es, me parece, lo que nuestro Señor quería decir a sus Apóstoles cuando les anunciaba que después de la venida del Espíritu Santo, ellos también darían testimonio de Él. Y esto es lo que tienen que hacer todos los cristianos: no ya dar testimonio sobre la doctrina, cosa que incumbe sólo a los hombres apostólicos, sino con sus acciones perfectas de verdaderos cristianos. ¡Qué felices son las personas que por disposición de la divina Providencia tienen el deber de continuar en todas las prácticas más sencillas de su vida el ejercicio de la caridad!
(E. 98-A26. p.810)

Fuente: Lectio Divina Vicenciana

La paz sea con ustedes.


La tarde de ese mismo día, el primero de la semana, los discípulos estaban a puertas cerradas por miedo a los judíos. Jesús se hizo presente allí, de pie en medio de ellos.
   Les dijo: «La paz sea con ustedes.» Después de saludarlos así, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se llenaron de gozo al ver al Señor.
   El les volvió a decir: «La paz esté con ustedes. Así como el Padre me envió a mí, así los envío a ustedes.» Dicho esto, sopló sobre ellos: «Reciban el Espíritu Santo: a quienes ustedes perdonen queden perdonados, y a quienes no libren de sus pecados, queden atados
   Uno de los Doce no estaba cuando vino Jesús. Era Tomás, llamado el Gemelo. Los otros discípulos, pues, le dijeron: «Vimos al Señor.» Contestó: «No creeré sino cuando vea la marca de los clavos en sus manos, meta mis dedos en el lugar de los clavos y palpe la herida del costado.»
   Ocho días después, los discípulos estaban de nuevo reunidos dentro, y Tomás con ellos. Se presentó Jesús a pesar de estar las puertas cerradas, y se puso de pie en medio de ellos.
   Les dijo: «La paz sea con ustedes.» Después dijo a Tomás: «Ven acá, mira mis manos; extiende tu mano y palpa mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe
   Tomás exclamó: «Tú eres mi Señor y mi Dios.» Jesús le dijo: «Tú crees porque has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!»
   Muchas otras señales milagrosas hizo Jesús en presencia de sus discípulos, que no están escritas en este libro. Estas han sido escritas para que crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; crean, y por su Nombre, tendrán vida.
Evangelio: (Juan 20, vs 19-31)

Oración:
Señor Jesús,
Tú que el día de tu Resurrección
diste el Espíritu Santo a tus discípulos
para que pudieran comprender
tu nueva realidad y situación;
envía también sobre nosotros
el mismo Espíritu para que siendo conscientes
de que ahora estás Resucitado
y que estas a nuestro lado,
y así nos capacite para la misión
que Tú nos has dejado.
Te pedimos que tu Espíritu,
nos ayude a conocerte
y reconocer tu presencia viva
junto a nosotros,
haz que hoy nuevamente,
sintamos la alegría de tu Resurrección
y que eso nos impulse a la misión
sintiendo que eres Tú el que nos envías.
Que así sea.
Fuente: Lectio Divina Vicenciana