sábado, 13 de junio de 2015

La semilla germina y va creciendo.



En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
El reino de Dios se parece a un hombre que echa simiente en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo la cosecha ella sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega.
Dijo también:
¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después brota, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden cobijarse y anidar en ellas.
Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.
Evangelio: (Mc 4, vs 26-34)

Oración:
Tuyo, Señor, es el Reino
y el poder y la gloria…
Tu misericordia ha querido asociarnos a tu obra
como humildes colaboradores tan sólo,
de lo que es tu misterio y la maravilla de tus manos.
Oh Padre que guías la historia de tu reino:
concédenos la esperanza en tus cuidados;
la humildad en la entrega a tu Reino;
la constante vigilancia del amor por tu obra…
De manera que nuestra ansia sea paciente,
nuestro compromiso constante,
nuestro cuidado lleno de fe,
y podamos difundir el deseo de conocerte
y adorarte a Ti,
que haces de la pequeña semilla un árbol grande,
y de tu iglesia peregrina del tiempo
el inicio del Reino eterno.
Amén.

Fuente: Lectio Divina Vicenciana

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