sábado, 13 de junio de 2015

Domingo 11° Tiempo Ordinario.




Queridos amigos:
    La parábola del evangelio de hoy (Mc 4, vs 26-34) es un Canto a la Vida. Habla del hombre que echa una semilla en la tierra y germina y va creciendo y echa tallo, luego espiga y después fruto. Sin que él haga algo ni sepa cómo…¿No es admirable? Pongamos el caso de un grano de mostaza, que es la semilla más pequeña. Algo se mueve en ella, busca el nutriente del suelo, lo convierte en savia, hace brotar un tallo, le salen ramas y se convierte en la hortaliza más alta, en la que anidan las avecillas del cielo. Jesús contempla admirado la fuerza misteriosa de la vida en el grano de mostaza, y ve en él lo que es el Reino de Dios…

    Yo les invito a ver en esa semillita, el millón y más de “semillitas” aparentemente inertes e inútiles, pero potencialmente llenas de vida y de sentido. Por ejemplo, una idea, sea la que sea, una palabra, aunque parezca sobrante, un valor (como el honor) y todos los valores, una virtud (como la sencillez) y todas las virtudes, un gesto como el de dar la mano, una oración, etc. A cierta clase de personas (algunos millones), estas como-semillas les parecen inútiles y las desechan, pero están cargadas de fuerza vital, y salen por sus fueros, y animan, empujan, hacen cambiar las cosas, crean formas nuevas, generan progreso y dan felicidad.

Fuente: P. Antonio Elduayen, CM
             Extracto

La semilla germina y va creciendo.



En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
El reino de Dios se parece a un hombre que echa simiente en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo la cosecha ella sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega.
Dijo también:
¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después brota, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden cobijarse y anidar en ellas.
Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.
Evangelio: (Mc 4, vs 26-34)

Oración:
Tuyo, Señor, es el Reino
y el poder y la gloria…
Tu misericordia ha querido asociarnos a tu obra
como humildes colaboradores tan sólo,
de lo que es tu misterio y la maravilla de tus manos.
Oh Padre que guías la historia de tu reino:
concédenos la esperanza en tus cuidados;
la humildad en la entrega a tu Reino;
la constante vigilancia del amor por tu obra…
De manera que nuestra ansia sea paciente,
nuestro compromiso constante,
nuestro cuidado lleno de fe,
y podamos difundir el deseo de conocerte
y adorarte a Ti,
que haces de la pequeña semilla un árbol grande,
y de tu iglesia peregrina del tiempo
el inicio del Reino eterno.
Amén.

Fuente: Lectio Divina Vicenciana