Queridos amigos y amigas:
Digamos de partida que lo más importante del relato
de Mateo sobre los Reyes Magos (Mt 2, 1-12), es que Jesús es dado a conocer al
mundo entero. Lo llamamos la Epifanía de Jesús, que incluye dos momentos. En el
primero, el Padre Dios manifiesta o revela a los pueblos no judíos que su Hijo,
el Mesías, ya ha nacido. En el segundo, algunos de estos pueblos, representados
por los Magos, aceptan con fe la manifestación y van en su busca, para
adorarlo. Ciertamente, el relato contiene otras muchas cosas y muy llamativas:
la estrella que aparece y desaparece, el encuentro desigual con el rey Herodes
en Jerusalén, los regalos que le dan a Jesús… Los magos mismos, que encienden
nuestra fantasía y los convertimos en reyes y les damos nombres y colores de
raza… Pero nada de todo esto es tan importante como la epifanía que
representan, ni siquiera su adoración al Niño, al aceptarlo como Dios…
Conociendo el propósito y el estilo de Mateo como
evangelista, su relato de “los reyes magos” tiene un doble objetivo: 1. Hacer
ver que Jesús es el Mesías prometido, pues en Él se cumple cuanto los profetas
anunciaron sobre los gentiles peregrinando a Jerusalén (Is. 60.6; Sal 72, 10+);
y 2. Hacer ver que Dios ha traspasado a la Iglesia, mayoritariamente gentil
-(no judía)- , su bendición y los privilegios del Israel histórico. ¡Qué
contraste entre el rey y los sabios de Jerusalén que desconocen (y se opondrán)
al Niño Dios, y los “reyes magos”, supuestamente paganos, que vienen desde tan
lejos para adorarlo! ¡La venida de Jesús lo ha subvertido todo! Es con este
propósito que Mateo elabora su relato, en gran parte simbólico, pero basado en
la realidad de las tradiciones recibidas.
Veamos algunas de las conclusiones y consecuencias
de todo esto:
1. Que el llamado de Dios a la fe en Cristo es
gratuito y universal. La iniciativa a buscarlo y a estar con Él viene de Dios.
Es gracia suya en todo momento. Ciertamente, Dios hizo un pacto especial con el
pueblo de Israel con vistas a que de él naciera el Mesías, pero sin excluir de
sus promesas (Ge. 3,15) a los demás pueblos, incluidos los indoamericanos, que
a su manera vivieron y cultivaron la esperanza de un salvador (semina Verbi).
El acontecimiento de los Reyes Magos avala del modo más elocuente el Plan
Salvador de Dios para todos los pueblos.
2. Que “los Magos” fueron los primeros no judíos que
recibieron el regalo de la fe en Jesucristo hasta adorarlo. Fueran ellos
quienes fueran, representaban a sus pueblos de origen y, de algún modo, a todos
los no judíos, incluidos nosotros. Por eso la Fiesta de “los Reyes Magos” es la
fiesta de la fe y del nuevo Pueblo de Dios. El Día en que nace la nueva Iglesia
de Jesucristo católica (universal) y misionera.
Fuente: P. Antonio Elduayen, CM
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