sábado, 23 de marzo de 2013

Domingo de Ramos.




El Domingo de Ramos abre solemnemente la Semana Santa, con el recuerdo de las Palmas y de la pasión, de la entrada de Jesús en Jerusalén y la liturgia de la palabra que evoca la Pasión del Señor en el Evangelio de San Marcos.
En este día, se entrecruzan las dos tradiciones litúrgicas que han dado origen a esta celebración: la alegre, multitudinaria, festiva liturgia de la iglesia madre de la ciudad santa, que se convierte en mimesis, imitación de los que Jesús hizo en Jerusalén, y la austera memoria - anamnesis - de la pasión que marcaba la liturgia de Roma. Liturgia de Jerusalén y de Roma, juntas en nuestra celebración. Con una evocación que no puede dejar de ser actualizada.
Vamos con el pensamiento a Jerusalén, subimos al Monte de los Olivos para recalar en la capilla de Betfagé, que nos recuerda el gesto de Jesús, gesto profético, que entra como Rey pacífico, Mesías aclamado primero y condenado después, para cumplir en todo las profecías. .
Por un momento la gente revivió la esperanza de tener ya consigo, de forma abierta y sin subterfugios aquel que venía en el nombre del Señor. Al menos así lo entendieron los más sencillos, los discípulos y gente que acompañó a Jesús, como un Rey.
San Lucas no habla de olivos ni palmas, sino de gente que iba alfombrando el camino con sus vestidos, como se recibe a un Rey, gente que gritaba: "Bendito el que viene como Rey en nombre del Señor. Paz en el cielo y gloria en lo alto".
Palabras con una extraña evocación de las mismas que anunciaron el nacimiento del Señor en Belén a los más humildes. Jerusalén, desde el siglo IV, en el esplendor de su vida litúrgica celebraba este momento con una procesión multitudinaria. Y la cosa gustó tanto a los peregrinos que Occidente dejó plasmada en esta procesión de ramos una de las más bellas celebraciones de la Semana Santa.
Con la liturgia de Roma, por otro lado, entramos en la Pasión y anticipamos la proclamación del misterio, con un gran contraste entre el camino triunfante del Cristo del Domingo de Ramos y el Viacrucis de los días santos.
Sin embargo, son las últimas palabras de Jesús en el madero la nueva semilla que debe empujar el remo evangelizador de la Iglesia en el mundo.
"Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu". Este es el evangelio, esta la nueva noticia, el contenido de la nueva evangelización. Desde una paradoja este mundo que parece tan autónomo, necesita que se le anuncie el misterio de la debilidad de nuestro Dios en la que se demuestra el culmen de su amor. Como lo anunciaron los primeros cristianos con estas narraciones largas y detallistas de la pasión de Jesús.
Era el anuncio del amor de un Dios que baja con nosotros hasta el abismo de lo que no tiene sentido, del pecado y de la muerte, del absurdo grito de Jesús en su abandono y en su confianza extrema. Era un anuncio al mundo pagano tanto más realista cuanto con él se podía medir la fuerza de la Resurrección.
La liturgia de las palmas anticipa en este Domingo, llamado pascua florida, el triunfo de la resurrección; mientras que la lectura de la Pasión nos invita a entrar conscientemente en la Semana Santa de la Pasión gloriosa y amorosa de Cristo el Señor.

Fuente: Aciprensa

Primera foto oficial del Papa Francisco.




Hoy se dio a conocer la primera foto oficial firmada por el Papa Francisco, que ha sido difundida por las redes sociales.
En esta fotografía se ve al Papa con su habitual vestimenta blanca, la cruz pectoral y con su sonrisa sencilla.
Al pie de la imagen, se lee "Francisco, 13 de marzo de 2013". Con su nombre y la fecha de su elección como sucesor de San Pedro, el humilde rostro del "Papa del pueblo", como algunos han comenzado a llamarle, recorre el mundo.
En sus primeros días en el Vaticano, el Santo Padre no ha dejado de sorprender al mundo con su sencillez: anduvo en bus con los demás Cardenales, como uno más; llamó personalmente a la casa general de los Jesuitas en Roma, a su vendedor de periódico en Buenos Aires y a los jóvenes que en una vigilia rezaban por él el 19 de Marzo cuando celebró la Misa de inicio de su pontificado.
El Papa Francisco también ha dado una serie de mensajes claros al mundo: a los periodistas les recordó que la Iglesia no tiene una naturaleza política sino profundamente espiritual, a los Cardenales les recordó que si no confesamos a Cristo "la cosa no va"; y a todos no ha dejado de pedir que recen por él.

Vaticano, 21 de Marzo 2013
Fuente: ACI/EWTN Noticias

sábado, 9 de marzo de 2013

Con los brazos siempre abiertos.




Para no pocos, Dios es cualquier cosa menos alguien capaz de poner alegría en su vida. Pensar en él les trae malos recuerdos: en su interior se despierta la idea de un ser amenazador y exigente, que hace la vida más fastidiosa, incómoda y peligrosa.
Poco a poco han prescindido de él. La Fe ha quedado "reprimida" en su interior. Hoy no saben si creen o no creen. Se han quedado sin caminos hacia Dios. Algunos recuerdan todavía "la parábola del hijo pródigo", pero nunca la han escuchado en su corazón.
El verdadero protagonista de esa parábola es el padre. Por dos veces repite el mismo grito de alegría: "Este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y lo hemos encontrado". Este grito revela lo que hay en su corazón de padre.
A este padre no le preocupa su honor, sus intereses, ni el trato que le dan sus hijos. No emplea nunca un lenguaje moral. Solo piensa en la vida de su hijo: que no quede destruido, que no siga muerto, que no viva perdido sin conocer la alegría de la vida.
El relato describe con todo detalle el encuentro sorprendente del padre con el hijo que abandonó el hogar. Estando todavía lejos, el padre "lo vio" venir hambriento y humillado, y "se conmovió" hasta las entrañas. Esta mirada buena, llena de bondad y compasión es la que nos salva. Solo Dios nos mira así.
Enseguida "echa a correr". No es el hijo quien vuelve a casa. Es el padre el que sale corriendo y busca el abrazo con más ardor que su mismo hijo. "Se le echó al cuello y se puso a besarlo". Así está siempre Dios. Corriendo con los brazos abiertos hacia quienes vuelven a él.
El hijo comienza su confesión: la ha preparado largamente en su interior. El padre le interrumpe para ahorrarle más humillaciones. No le impone castigo alguno, no le exige ningún rito de expiación; no le pone condición alguna para acogerlo en casa. Sólo Dios acoge y protege así a los pecadores.
El padre solo piensa en la dignidad de su hijo. Hay que actuar de prisa. Manda traer el mejor vestido, el anillo de hijo y las sandalias para entrar en casa. Así será recibido en un banquete que se celebra en su honor. El hijo ha de conocer junto a su padre la vida digna y dichosa que no ha podido disfrutar lejos de él.
Quien oiga esta parábola desde fuera, no entenderá nada. Seguirá caminando por la vida sin Dios. Quien la escuche en su corazón, tal vez llorará de alegría y agradecimiento. Sentirá por vez primera que en el misterio último de la vida hay Alguien que nos acoge y nos perdona porque solo quiere nuestra alegría.
Fuente: José Antonio Pagola

Domingo 4° de Cuaresma




1    Muchos publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para
      escucharlo.
2    Y por eso los fariseos y maestros de la Ley murmuraban y
      criticaban: “Este hombre recibe a los pecadores y come con
      ellos.”
3    Entonces, Jesús les dijo esta parábola:
11  “Un hombre tenía dos hijos.
12  El menor dijo a su padre: Padre, dame la parte de la
      propiedad que me corresponde. Y el padre la repartió entre
      ellos.
13  Pocos días después, el hijo menor reunió todo lo que tenía,
      partió a un lugar lejano y allí malgastó su dinero en una vida
      desordenada.
14  Cuando lo gastó todo sobrevino en esa región una escasez
      grande y comenzó a pasar necesidad.
15  Entonces fue a buscar trabajo y se puso al servicio de un
      habitante de ese lugar que lo envió a sus campos a cuidar
      cerdos.
16  Hubiera deseado llenarse el estómago con la comida que
      daban a los cerdos, pero nadie le daba nada.
17  Fue entonces cuando entró en sí: “¿Cuántos trabajadores de
      mi padre tienen pan de sobra, y yo aquí me muero de
      hambre? ¿Por qué no me levanto?
18  Volveré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra Dios y
      contra ti;
19  ‘ya no merezco llamarme hijo tuyo, trátame como a uno de
      tus siervos.
20  Partió, pues, de vuelta donde su padre.
      Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió
      compasión, corrió a echarse a su cuello y lo abrazó.
21  Entonces el hijo le habló: Padre pequé contra Dios y contra
      ti, ya no merezco llamarme hijo tuyo.
22  Pero el padre dijo a sus servidores: Rápido, tráiganle la
      mejor ropa y póngansela, colóquenle un anillo en el dedo y
      zapatos en los pies.
23  Traigan el ternero más gordo y mátenlo, comamos y
      alegrémonos,
24  ‘porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida,
      estaba perdido y lo he encontrado. Y se pusieron a celebrar
      la fiesta.
25  El hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver llegó
      cerca de la casa, oyó la música y el baile.
26  Llamando a uno de los sirvientes, le preguntó qué
      significaba todo eso.
27  Este le dijo: Tu hermano está de vuelta y tu padre mandó
      matar el ternero gordo, por haberlo recobrado con buena
      salud.
28  El hijo mayor se enojó y no quiso entrar. Entonces el padre
      salió a rogarle.
29  Pero él le contestó: Hace tantos años que te sirvo sin haber
      desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y a mí
      nunca me has dado un cabrito para hacer una fiesta con mis
      amigos,
30  ‘pero llega ese hijo tuyo, después de haber gastado tu dinero
      con prostitutas, y para él haces matar el ternero gordo.
31  El padre le respondió: Hijo, tú estás siempre conmigo y todo
      lo mío es tuyo.
32  Pero, había que hacer fiesta y alegrarse, puesto que tu
      hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido
      y ha sido encontrado.”

Evangelio: (Lucas 15, vs 1-3, 11-32)

Oración:

Dame la gracia de tu Espíritu Santo…
para ser consciente de mi situación personal…
para ver lo que debo cambiar…
para darme cuenta de aquello que no corresponde a tu amor…
para tener la valentía de cambiar…
para buscar identificarme cada vez más contigo…
para no abandonarte más…
para volver a comenzar…
para buscar solo en ti el sentido de mi vida…
para confiar y esperar en ti…
para darme cuenta de tu misericordia y tu bondad…
para mirarme como Tú me miras…
para dejarme transformar por ti…
para aferrarme siempre más a ti…
para dejarme iluminar por ti…
para encontrar en ti mi fortaleza…
para vivir plenamente lo que me pides…
para sentir el abrazo amoroso de tu perdón.
Amén.

Fuente: Lectio Divina Vicenciana

Oración para cada día del Año de la Fe.




El Papa Benedicto XVI espera que el Año de la Fe pueda llevar a todos los creyentes a aprender de memoria el Credo y nos invita a recitarlo todos los días como oración.

Credo de Nicea-Constantinopla

Creo en un solo Dios; Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación, bajó del cielo,

y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre;

y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado,

y resucitó al tercer día, según las Escrituras,

y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre;

y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo, recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.

Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.

Fuente: 1.-Aciprensa
              2.-Catecismo de la Iglesia Católica