sábado, 29 de julio de 2017

La Humildad.


  “Para llegar al conocimiento de la verdad hay muchos caminos: el primero es la humildad, el segundo es la humildad y el tercero, la humildad.”

San Agustín de Hipona.

El Reino de los Cielos.


   El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo. El hombre que lo descubre lo vuelve a esconder y, de tanta alegría, vende todo lo que tiene para comprar ese campo.
   El Reino de los Cielos es semejante a un comerciante que busca perlas finas. Si llega a sus manos una perla de gran valor, vende cuanto tiene, y la compra.
   El Reino de los Cielos es semejante a una red que se echa al mar y recoge peces de todas clases. Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla. Ahí se sientan, escogen los peces buenos y los echan en canastos, y tiran los que no se pueden comer. Así pasará al fin del mundo: vendrán los ángeles y separarán a los malos de los buenos y los arrojarán al horno ardiente, donde habrá llanto y desesperación.
   Preguntó Jesús: «¿Entendieron bien todas estas cosas?» Ellos le respondieron: «Sí» Entonces Jesús añadió: «Todo maestro de la Ley que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos se parece a un padre de familia que, de sus reservas, va sacando cosas nuevas y cosas antiguas
Evangelio: (Mateo 13, vs 44-52)

Oración:
Padre Nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre.
Venga a nosotros tu Reino:
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
así como nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del Mal.
Amén.

sábado, 15 de julio de 2017

Virgen del Carmen.


¡También yo llevo sobre mi corazón, desde hace tanto tiempo, el Escapulario del Carmen! Por ello, pido a la Virgen del Carmen que nos ayude a todos los religiosos y religiosas del Carmelo y a los piadosos fieles que la veneran filialmente, para crecer en su amor e irradiar en el mundo la presencia de esta Mujer del silencio y de la oración, invocada como Madre de la misericordia, Madre de la esperanza y de la gracia.” 
San Juan Pablo II

Oración:
Dios te salve, María
llena eres de gracia,
el Señor es contigo.
Bendita tú eres entre
todas la mujeres,
y bendito es el fruto
de tu vientre Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.

Junto a la cruz.


Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, esposa de Cleofás, y María Magdalena. Jesús al ver a la Madre, y junto a ella al discípulo que más quería, dijo a la Madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Después dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Desde ese momento, el discípulo la recibió en su casa.
Evangelio: (Juan 19, vs 25-27)

Oración:
Padre Nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre.
Venga a nosotros tu Reino:
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del Mal.
Amén.

sábado, 8 de julio de 2017

Santa Luisa de Marillac: Ante la enfermedad.


“Confórmese enteramente con la santísima voluntad de Dios, 
sin inquietarse por nada.”

Santa Luisa de Marillac.

Yo te alabo, Padre.


Jesús dijo:
   «Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has mantenido ocultas estas cosas a los sabios y prudentes y las revelaste a la gente sencilla. Sí, Padre, así te pareció bien.
     Mi Padre puso todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquellos a los que el Hijo quiere dárselo a conocer. Vengan a mí los que se sienten cargados y agobiados, porque yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy paciente de corazón y humilde, y sus almas encontrarán alivio. Pues mi yugo es bueno, y mi carga liviana.»
Evangelio: (Mt 11, vs 25 a 30)

Oración:
Padre Nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre.
Venga a nosotros tu Reino,
hágase tu voluntad
así en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.
Amén.