sábado, 26 de marzo de 2016

El Señor ha resucitado.


El primer día de la semana, muy temprano, cuando todavía estaba muy oscuro, María Magdalena fue a visitar el sepulcro. Vio que la piedra de entrada estaba removida. Fue corriendo en busca de Simón Pedro y del otro discípulo a quien Jesús más amaba, y les dijo: «Han sacado  al Señor de la tumba y no sabemos dónde lo han puesto.»
Pedro y el otro discípulo partieron al sepulcro. Corrían los dos juntos. Pero el otro discípulo corría más que Pedro y llegó primero al sepulcro. Se agachó y vio los lienzos en el suelo, pero no entró.
Después llegó Pedro. Entró a la sepultura y vio los lienzos tumbados. El sudario que pasaba sobre la cabeza no estaba tumbado como los lienzos, sino enrollado en su mismo lugar. El otro discípulo, que había llegado primero, entró a su vez, vio y creyó. Aún no habían comprendido la Escritura, según la cual Jesús debía resucitar de entre los muertos.
Evangelio: (Juan 20, vs 1-9)

Oración:
Padre nuestro
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Amén.

La Cruz.


« Padre, si quieres, aparta de mí esta prueba.
Sin embargo, que no se haga mi voluntad
sino la tuya»
Evangelio: (Lc 22, vs 42)