Al iniciar su mensaje a los presentes
en el Campo Mariano, ubicado en la parte posterior del Santuario de la Virgen
del Quinche, en Ecuador, el Papa Francisco indicó que:
“Todos quieren la bendición, desde los ancianos hasta las guaguas. Hoy
tengo que hablarles a los sacerdotes, a los seminaristas, a las religiosas y
religiosos y decirles algo: María no protagonizó nada, solo discipuló. Hagan
que se manifieste la gratuidad de Dios.
Toda la vida de un sacerdote, religioso o religiosa, seminarista y de
los obispos tiene que ir por este camino de la gratuidad: somos objeto de la
gratuidad de Dios, todo viene de vos; todo es gratis, si olvidamos esto
lentamente nos vamos haciendo importantes. María nunca se olvidó de la gratuidad
de Dios.
Todos los días en la noche, quizás es lo mejor, antes de irse a dormir,
una mirada a Jesús y decirle: todo me lo diste gratis, y volverse a situar, entonces
cuando me cambian de destino o cuando tuve alguna dificultad no “pataleo”, todo
me lo diste gratis.
No pierdan la memoria, no caigan en el “alzheimer espiritual”. No se
olviden de donde los sacaron, no renieguen de las raíces. No te sientas promovido.
La gratuidad es una gracia que no puede convivir con la promoción.
Dios me sacó para servir. Servir y no hacer otra cosa más que servir,
aún cuando estemos cansados y cuando la gente nos harta, porque ningún momento
nos pertenece. Servicio mézclalo con lo de gratuidad, entonces aquello de
Jesús: “Lo que recibiste gratis dalo gratis”
Él se hizo nada, se abajó, se humilló, se hizo pobre para enriquecernos
con su pobreza, pura gratuidad. Hizo maravillas el Señor con nuestras vidas.
Fuente: 08/Julio/2015 Papa Francisco
Santuario de la Virgen del Quinche,
Ecuador
Extractado